Hola. Te escribimos con una propuesta sencilla para elegir tu próximo curso de diseño web. La oferta es enorme, pero tu tiempo es limitado. Por eso, antes de comprar, define un objetivo en una frase: por ejemplo, “maquetar una landing responsive en cuatro semanas” o “crear un prototipo navegable en Figma”. Si el curso no promete un resultado equivalente, déjalo pasar.

Busca currículos con equilibrio entre fundamentos y práctica. Los fundamentos son tipografía, color, espaciado, jerarquía y accesibilidad; la práctica son ejercicios guiados con entregables revisables. Un buen curso alterna teoría breve con microproyectos que puedas mostrar en tu portafolio. Evita cursos que acumulan horas sin proyectos claros.

Evalúa al tutor. Mira su trabajo público y su capacidad pedagógica. Un diseñador excelente no siempre comunica bien. Valora clases con ejemplos reales y feedback transparente. Si el curso incluye comunidad, mejor: resolver dudas en grupo acelera el aprendizaje y te expone a enfoques distintos.

Revisa el soporte post‑curso. Las rutas de actualización, plantillas y checklists marcan la diferencia. En diseño web, las herramientas cambian; necesitas guías vivas. Prefiere cursos que incluyan materiales descargables, bibliotecas de componentes y criterios de calidad medibles.

Por último, adopta un ritmo sostenible: tres bloques semanales de 60 a 90 minutos, más una sesión de repaso. Tu meta no es verlo todo, sino construir algo usable. Si quieres, responde a esta carta con tu objetivo y te sugerimos una ruta personalizada con dos o tres cursos que encajen contigo.